jueves, 25 de febrero de 2010

CARTA DE JOSÉ LUIS ALEMÁN EN "SCIFIWORLD.ES"


Con tristeza por lo que contiene, pero con alegría por lo que demuestra respecto a la persona de quien la firma, me hago eco de esta carta que José Luis Alemán ha enviado a la redacción de la revista SCIFIWORLD. Aquí os la dejo, creo que es interesante su mayor difusión.

"Madrid, 25 de febrero de 2010.

Estimados amigos de Scifiworld.

Hoy, 25 de febrero de 2010 es el último día que se proyectará en nuestra cartelera "La Herencia Valdemar", He querido esperar a que la película saliera definitivamente de los cines para no inmiscuirme en los comentarios de los foros y así no rebatir a nadie sus opiniones por duras que me parecieran. Imagino que esta será una noticia muy vitoreada por alguno y que pasará inadvertida para tantos otros, personalmente casi hubiera preferido estar menos semanas, incluso con menor recaudación, pero sí haber sabido llegar más al espectador.

Hemos tenido tantos fallos de concepción... , incluso a la hora de tratar de trasmitir esta película, que si se hiciera un catálogo de errores estaríamos en todas las páginas, pero quiero hablaros del que creo que el mayor de todos. Sin duda, el criticado final de la primera parte, hicimos un sin fin de test de mercado, campañas de marketing para averiguar la reacción del público con los finales abiertos, vimos cifras de series como “Perdidos” o sagas cinematográficas (“Matrix”, “El Señor de los Anillos”, “Kill Bill”) que pese a recurrir a este tipo de estructura, seguían teniendo gran aceptación ..., aquí cometí mi primer gran error, el no unir dos películas en una, pero los primeros visionados que se hicieron con críticos especializados, con público en universidades, fueron tan positivos que termine de confiar ciegamente en mi apuesta..., el resultado no ha podido ser más inverso.

Por todo ello pido sinceramente disculpas a quien se haya molestado, dicho esto, quiero hacer hincapié en 2 puntos que se han cacareado y que necesito aclarar:

1. No hemos hecho 2 películas para sacar el doble de dinero, de hecho, como negocio, es mucho más ruinoso el optar por esta fórmula que por una sola película, a modo de ejemplo os diré que para recaudar solamente el gasto que ha supone el marketing y las copias de la película , tendríamos que haber recaudado 3.400.000 €, no hablo de recuperar el coste de la película..., sino solo los gastos de promoción... si multiplicamos estos datos por dos... imaginar las cifras que necesitamos simplemente para recuperar el gasto de anuncios, pósters, Etc. nunca ha sido por tanto nuestra intención el hacer un "macro negocio" al sacar 2 entradas al público, sino proponer una historia de género fantástico en forma de saga.

2. El segundo punto es más personal ya que se refiere a la dirección de actores, simplemente me referiré a los actores que intervienen en el flashback de 1890. Tratamos por todos los medios de hacer una actuación basada en las películas antiguas , es decir La Hammer, Universal , Tycon, en las que existía lo que se llama “sobreactuación teatral” por que eran actores provenientes del teatro, este es un punto que quise respetar al enfatizar los gestos y las miradas (solo echar un vistazo a películas de época clásicas y veréis la diferencia entre cómo se representaba un beso o un desmayo y como se hace ahora) sin ir más lejos el movimiento de Frankenstein al andar ahora daría risa, pero esta ha sido un tipo de coreografía hecha a propósito. En cualquier caso veo que no le ha gustado a casi nadie así que tomo buena nota. respecto a algunas actuaciones de los personajes de la actualidad, efectivamente no he sabido sacar lo mejor de ellos, pero os aseguro que en la segunda parte mejoran considerablemente, sobretodo Norma Ruiz.

Ya por fin me despido, para no enemistarnos de por vida con ese público que quemaría el cine en cuanto viese un cartel de la segunda parte , estamos estudiando diversas fórmulas para hacer visionados gratuitos de la película, ya sea en universidades, festivales, a través de la web..., regalando entradas con el DVD de la 1ª parte... , no está del todo decidido... os iremos informando.

Gracias a todos los que habéis tratado de salvarnos de la quema en los foros y muy especialmente a todo el equipo de Scifiworld por su inmenso apoyo.

Un fuerte abrazo a todos,

Jose Luis Alemán.

Director de La Herencia Valdemar."

miércoles, 24 de febrero de 2010

SCIFIWORLD CUMPLE DOS AÑOS: Nº 24

La revista SCIFIWORLD cumple dos años. Llega así el número 24, señal de su buena salud y de que está haciendo las cosas bien. Y lo hace con esta espectacular portada. Mi aportación en este número es una nueva "La maquina del tiempo" dedicada a la película de Paul Verhoeven "STARSHIP TROOPERS". Igualmente he escrito la crítica de una de las películas más esperadas de la temporada, "El hombre lobo". Espero que os guste.

domingo, 21 de febrero de 2010

EN LA CIMA DEL MUNDO

Hay lugares que mantienen, para el visitante, una indiscutible capacidad de atracción gracias a su ineludible interés y a la magia que son capaces de proyectar. Algunos de nosotros, además de turistas de temporada, también somos cinéfilos a tiempo completo y, en consecuencia, exploradores de dos mundos: el real y el imaginario. A partir de esta premisa, no dudamos en acercarnos a ciertos “monumentos” que se elevan, inocentemente, como gloriosos tributos a la historia del cine; aquello en lo que se han convertido espacios muy concretos, percibidos por unos pocos elegidos como patrimonio de una nueva dimensión, situada a medio camino entre la fantasía y la realidad. Ejemplo sobresaliente de ese tipo de espacios es, sin duda, la ciudad de Nueva York. Sus calles y avenidas se convierten para el amante del cine en una suerte de yacimiento arqueológico, donde en cada esquina es posible encontrar motivo suficiente para el regocijo, capaz de hacer aflorar a ese niño que todos mantenemos vivo en nuestro interior –aunque sólo algunos ni siquiera nos molestemos en esconder- y al que, cuando resurge, sabemos dejarle alcanzar hasta el último de sus más insatisfechos anhelos. Ninguna ciudad del mundo está tan unida al cine como Nueva York, ni siquiera Los Ángeles, que muy poco tiene que ofrecer verdaderamente mágico, con excepción de ser el lugar donde residen los grandes estudios.
En dos ocasiones he visitado Nueva York, la isla de Manhattan si quiero ser más concreto, y en ambas he subido a la terraza de la planta 86 del Empire State Building; en una de ellas con el complemento de llegar aun más alto, a la planta 102, lugar donde termina ese majestuoso monumento al poder y a la ostentación, en realidad un gris edificio de oficinas en su interior pero toda una majestad de cara al mundo exterior, emplazado en una de esas decenas de esquinas glorificadas bajo el velo de la fantasía; para más señas en la que se encuentra a la altura de la confluencia de la calle 34 con la Quinta Avenida. En ninguna de esas ocasiones me encontré allí sólo; en aquel techo de la capital del mundo, en lo más alto, me acompañó siempre el rey Kong. Él ya estaba allí antes de que yo llegara, allí pasó unos minutos a mi lado, gruñéndome al oído mientras la brisa nos acariciaba el pelo, allí permaneció cuando la realidad me empujó a abandonar aquella ciudad plena de sueños y allí confío en que me estará esperando cualquiera que sea el día en que felizmente retorne para continuar soñando un poco más.

Cuando Willis O´Brien dibujó aquellos bocetos a los que más tarde daría vida en la gran pantalla, entre los que ya se encontraba la icónica imagen de Kong en lo alto de tan singular edificio, no creo que alcanzara a tener en cuenta las consecuencias de su agraciada invención, constituyendo en todo un símbolo a esa imagen de fantasía. Inaugurado el edificio en 1931, sólo dos años después ya entró a formar parte del imaginario colectivo de todo el planeta gracias a la primera y mejor versión de “King Kong”, de las tres que hasta la fecha nos ha regalado el cine. Cualquier tienda de recuerdos de Manhattan mantiene en su catalogo de “atrocidades y horteradas varias” para el turista una imagen de dicho edificio modelada en vulgar plástico, disponible en diversos tamaños y por extensión accesible a todo tipo de bolsillos, pero siempre con una figurilla de nuestro simio favorito unida –eso sí, de forma bastante torpe- a su parte más alta.

Durante decenas de años, la imagen de Kong encaramado a lo más alto del Empire State Building –que es lo mismo que decir encaramado a la cima del mundo-, luchando con los aviones que trataban de derribarle, ha permanecido, y con toda seguridad continuará haciéndolo, como un icono del siglo XX; uno de tantos, es verdad, pero quizás el más universal de todos los que el séptimo arte ha aportado a tan singular nómina; proeza a la que no estimo más remedio que dedicarle el esfuerzo de hallarle alguna explicación o, al menos, concederle una muy merecida valoración, un recuerdo cargado de sentimiento. Setenta y cinco años después, la potencia de ese símbolo permanece impoluta, fruto de una perfecta simbiosis entre el mayor homenaje posible a la fantasía que pudiera haber imaginado el hombre –Kong- y la mayor de las realidades físicas construidas con esas mismas manos -el Empire State Building-, durante años el edificio más alto del mundo y, por desgracia, nuevamente -tras la “desaparición” de las Torres Gemelas- el más alto de Nueva York-. Todo un desafío del hombre a la realidad, a la que, de alguna manera, trató de buscar los límites; aquellos precisamente que bordean con los dominios de la fantasía, frontera a partir de la cual reina Kong, y en cuya difusa linde, algunos, no nos cansaremos jamás de transitar.

viernes, 19 de febrero de 2010

EL "LIBRO JAPONÉS" SOBRE NASCHY

El año pasado se editó en Japón un atractivo libro dedicado a Paul Naschy. Entre sus autores está Daniel Aguilar, hermano del insigne Carlos Aguilar, y también experto en cine fantástico. Daniel vive desde hace muchos años en Tokio (si no me equivoco). Según creo, su residencia y trabajo allí vino motivado por un amor muy especial hacia la cultura japonesa. La simbiosis de ambas cosas (el ser experto en cine fantástico y su vinculación con Japón) parece ser que motivaron que sea uno de los autores participantes en dicho volumen. Como entre mis más urgentes necesidades y expectativas no está la de aprender japonés, no puedo hablar en absoluto del contenido literario del libro. Sí puedo decir que como objeto físico es de una gran calidad, editado en muy buen papel y con un tamaño muy práctico y manejable. El libro me lo ha regalado (dedicado además) el propio Daniel Aguilar, a quien se lo agradezco de nuevo desde aquí, coleccionista de toda la bibliografía "naschyana" como soy.












Para dar gusto a curiosos y envidia a otros coleccionistas, adjunto varias fotos del interior y exterior del libro, para que se hagan una idea más fehaciente de como es en realidad. Está editado en tapa blanda con guardas, tiene 320 páginas y muchas fotografías en blanco y negro; y, por supuesto, se empieza a leer (el que sepa japonés) por el final, o lo que para los occidentales sería el final.








sábado, 13 de febrero de 2010

viernes, 12 de febrero de 2010

SCIFIWORLD: ¡¡SORPRESA PARA EL PLENILUNIO!!


Me hago eco de una noticia de la web de Scifiworld, donde se anuncia la publicación de un volumen sobre el cine de hombres lobo, en el que participo con algunos textos, concretamente con tres largas reseñas en las que escribo sobre "La maldición del hombre lobo" (The Curse of the Werewolf, 1961, Terence Fisher), "La marca del hombre lobo" (1968, Enrique L. Eguiluz) y "Dog Soldiers" (Dog Soldiers, 2002, Neil Marshall). Gratis en pdf, y en papel (a todo lujo) bajo pedido y con precio aun por determinar. Proximamente. No os lo perdais. Trabajos así merecen la pena.

"SCIFIWORLD OS OFRECE UNA GRAN SORPRESA, QUERIDOS LECTORES, QUE PODRÉIS DISFRUTAR EL PRÓXIMO DÍA 28, CON LA LUNA LLENA. Febrero de 2010 es un mes licántropo. Y en Scifiworld queremos celebrarlo con "El hombre lobo. Licántropos en el cine", un nuevo libro de autoría colectiva que recorre la trayectoria del hombre lobo a lo largo de la historia del cine, sus raíces mitológicas, sus apariciones en las viñetas, literatura y música en un espectacular y definitivo volumen sobre la licantropía en el fantástico. Biografías, detalladas reseñas de los títulos más relevantes, artículos temáticos, cientos de fotografías, y por supuesto una completa filmografía licantrópica en la que podrás encontrar todas las apariciones del hombre lobo en el cine y la televisión.Todo ello en un doble formato.En primer lugar, en digital. Y completamente gratis. Sí, has leído bien, GRATIS. Scifiworld os ofrece este volumen en su edición digital para su descarga de manera completamente gratuita, para que todos podáis disfrutar con el gran esfuerzo y cariño puesto en este volumen. Pero aquellos que prefiráis el papel, no os preocupéis. "El hombre lobo. Licántropos en el cine" también podrá adquirirse en una edición en papel bajo demanda (PVP todavía pendiente). Para que podáis relameros vuestras peludas mandíbulas, os ofrecemos, en primicia, un primer vistazo a su portada."

lunes, 1 de febrero de 2010

"LA CARRETERA" (The Road, 2009, John Hillcoat)

Aprovechando el inminente estreno de "La carretera", copio en esta entrada la reseña sobre dicha película que publiqué en el número 21 (diciembre de 2009) de la revista SCIFIWORLD, ya que la pude ver en el pasado Festival de Sitges.

Sin dejar a un lado la polémica relativa a si la adaptación al cine de una obra literaria debe seguir su propio camino, encontrar su propia entidad como obra autónoma, o tratar de ser fiel reflejo de lo contado en el papel, tenemos en “La carretera” el más preciso ejemplo de lo que es la fidelidad más absoluta en la adaptación cinematográfica de una obra literaria; de una manera tal que es imposible imaginar la plasmación en imágenes de la novela de ninguna otra mejor forma. Bien es verdad que la poca extensión de la novela de McCarthy y la sencillez de lo narrado, casi esquemática en su abstracción y pese a la carga de profundidad implícita en sus renglones, se presta a una relativa facilidad de adaptación sin necesidad de evadirse de muchos pasajes ni de hacer elipsis acentuadas; aunque alguna hay (véase la visita de “el hombre” al barco abandonado y encallado en la playa, que la película despacha en un par de planos).

Esto, que pudiera entenderse como una virtud, es, en cambio, el único defecto que puede achacarse a esta película protagonizada por un estupendo –como siempre– Viggo Mortensen. Defecto que existe desde el punto de vista de entender que la película no aporta absolutamente nada a la obra literaria, ni matices novedosos, ni la posibilidad de una diferente interpretación, ni tan siquiera la opción a ser criticada por cambiar su final, su esencia, su clima, su tono o cualquier otro elemento fundamental. Es obvio que este posible defecto lo es tan sólo desde la mirada del lector previo de la novela; pero, en cambio, se transforma en una “ayuda” a quien no ha pasado aun, y quizás nunca lo haga, por ese filtro.

Ante lo anterior sale a relucir la inquietud que suscita la pregunta relativa a cuál debe ser el objeto último de una obra artística, en este caso cinematográfica; o si –visto desde otra perspectiva y aplicado a un caso tan puntual como éste– es necesario entender el cine como un vulgar (o no tanto) objeto de consumo, tan sólo como un producto industrial; visión que disminuye la trascendencia de ese desasosiego. Dejo ahí la cuestión, pues no creo que éste sea el lugar para dirimir sobre tal particular. Sí, al menos, para dar un toque de atención sobre el mismo; dicho queda.

Si el cine, como cualquier otra faceta artística, se ve obligado a ser siempre un espejo donde reflejarse la realidad del momento histórico vivido, he aquí otra evocación post-apocalíptica de tan convulsos (y confusos) tiempos que nos ha tocado vivir.